Mi segundo aborto espontáneo fue el 3 de abril de 2011. Es decir, que hace exactamente 7 años me estaban haciendo mi segundo legrado. Y también un día como hoy empezaba mi “cruzada de investigación” para encontrar mis causas de abortos espontáneos.

En ese preciso momento se me ocurrían 3 cosas que quizás podían estar causando mis abortos.

Cuando tuve el primero, en la revisión después del legrado me dijeron «tienes el útero retro». ¡A mí me sonaba como que mi útero estaba viejito o algo así! Pero no, lo que esto quiere decir que está orientado hacia la columna vertebral en vez de hacia el abdomen. Luego supe que el nombre completo es “útero retroverso o en retroversión”. Se estima que 1 de cada 5 mujeres tenemos el útero de esta forma.

Así que a muchas mujeres con infertilidad y con esta desviación uterina nos llega a preocupar que impida lograr un embarazo o que el mismo sea exitoso.

Es verdad que hasta hace un tiempo se creía que así no podías quedar embarazada o que podía interferir con el desarrollo normal del embarazo. Pero hace 7 años ya se sabía que es solo una peculiaridad y que no influye negativamente en la fertilidad.

Sin embargo, el útero puede tomar esta forma debido a algunas causas que sí pueden estar relacionadas con la infertilidad. Es el caso de la endometriosis, miomas (tumores uterinos benignos), salpingitis o enfermedades inflamatorias pélvicas. Por eso es recomendable explorar estos factores si tienes el útero en retroversión y tienes problemas para quedarte embarazada o tus embarazos no prosperan.

Pues justamente lo segundo que yo sabía que tenía era un mioma… ¿quizás era lo que causaba la forma de mi útero?. También lo vieron en mi primer aborto y nadie me había dicho que estaba en un sitio que pudiera afectar, pero yo no había preguntado específicamente así que quería revisarlo bien.

Un mioma es un tumor benigno en el útero (sólo el 0,5% se convierte en maligno). Dependiendo de su ubicación y tamaño pueden dificultar el conseguir un embarazo o complicar el mismo. Una de las consecuencias son los abortos en el primer trimestre de gestación, como los míos.

Yo no tenía ni idea de dónde estaba mi mioma ni cuánto media, ¡pero era una pista!

El tener obesidad, hipertensión, antecedentes familiares o ser de raza negra hace que seas más propensa a tener miomas. De todas esas condiciones, había una que en mi caso quizás se relacionaba.

Yo no era obesa, pero cuando tuve mi primer aborto una de mis mejores amigas acababa de pasar por lo mismo y me contó que le habían detectado resistencia a la insulina. Ocurre cuando el cuerpo empieza a dejar de reaccionar a la acción de la insulina y se le hace difícil tener los niveles de azúcar en la sangre bajo control, y puede provocar abortos en el primer trimestre.

¡Recordé de inmediato cómo nos gustaban a mi amiga y a mí los dulces! Y me planteé que quizás ese era mi problema…me hice la prueba y salió algo alterada. Me mandaron a bajar de peso y tomar metformina. Así que el año que esperamos después de mi primer aborto lo dediqué a eso. Había alcanzado mi peso ideal y los valores de la prueba eran normales. Pero obviamente esta no había sido la causa…o al menos no la única.

Esas eran las tres cosas «visibles» que a solo horas de mi segundo legrado se me ocurría que podían estar afectando, pero había leído algo sobre los problemas de coagulación, ya había estado averiguando y me parecía que yo podía tener algo de eso.

Así que esto no hacía más que empezar.

Y tu, ¿Has tenido abortos espontáneos? ¿Has empezado a buscar la causa? ¡Cuéntame!

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